¿Engordaré si dejo de fumar?


Existen una serie de factores que hacen que dejar de fumar predisponga a ganar peso. En el aspecto psicológico, el abandono del hábito repercute sobre la sensación de ansiedad. Sentimos que hay que combatirla y una de las formas más sencillas que hay a nuestro alcance es comer. Sustituir un cigarro por algo que picar da la sensación de que se supera la ansiedad derivada del síndrome de abstinencia.

En los fumadores, la nicotina actúa disminuyendo el apetito y reduciendo la función de la vesícula biliar, necesaria para la asimilación de grasas. Cuando se deja de fumar, esto cambia. Además, mejora el sentido del gusto y el olfato y es probable que comas más porque disfrutas más haciéndolo.

Aun así, si llevas a cabo una alimentación adecuada y haces algo de ejercicio, dejar de fumar no significa necesariamente que vayas a ganar unos kilos. Aquí te proponemos algunos consejos relacionados con tu dieta.

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